En el siguiente trabajo se analiza el cuento “La
vida real” de Eduardo Antonio Parra, para lo cual se aplica la propuesta de
Homi K. Bhabha aunque desde una adaptación, ya que la obra a trabajar no es
resultado de la época colonial, pero sí cuenta con momentos y situaciones que
responden a esas relaciones de poder, deseo, sometimiento, ambivalencia, etc.,
que se pueden observar en un contexto de colonización. Para ello, partiré de
los conceptos originales propuestos por Bhabha para después trasladarlos a la
época actual del norte de México donde se desarrolla la historia del cuento a
analizar.
Bhabha propone el concepto
de ambivalencia, ya que en el discurso colonial el otro es objeto de deseo y de
desprecio; así, en el cuento “La vida real”, la pareja de pepenadores se
presenta como un elemento repulsivo para Soto (el periodista de nota roja),
cuando encuentra por primera vez a la pareja y sólo aprecia su horroroso y
repulsivo físico, maloliente, cubierto de harapos, heridas y cicatrices; pero,
al mismo tiempo, hay una atracción cuando se le revelan en un ambiente de
erotismo, con amor y deseo, algo que el periodista ya ha perdido por completo.
Además, la ambivalencia se puede apreciar en la diferencia social y económica
que existe entre los pepenadores (paupérrimos o algunos delincuentes que han
escapado de la vida real para ocultarse en el baldío donde se desarrolla la
historia) y Soto, su esposa, los del periódico (clase media, con preparación,
es decir, individuos supuestamente “normales” de la sociedad), ya que los
profesionistas con una situación económica despreocupada desean la riqueza de
los pepenadores porque es lo único que
no tienen, es decir, ese deseo y pasión en sus relaciones que por supuesto
tampoco son amorosas; de esa forma, se puede apreciar claramente como existe
una relación de ambivalencia entre los personajes del cuento ya sea de forma
más personal como se muestra en el primer caso o a un nivel más general entre
la pareja y la sociedad.
Otro concepto planteado por
Bhabha es el estereotipo, el cual se liga con el fetiche freudiano, ya que se
refiere a ese elemento que une lo extraño y perturbador (sexual o racial) con
lo familiar y aceptable (el fetiche o el estereotipo). Esto se puede observar
claramente cuando Soto presenta su reportaje sobre la vida de la pareja
esperando que sea publicado porque se siente atraído por esa forma de vivir la
vida y desea que llegue a toda la sociedad aunque su jefe lo hace
dudar e intenta mostrarle lo opuesto y convencerlo de que eso no le interesa a
la sociedad; entonces, se puede decir que Soto tiene esa atracción por la vida amorosa
de los pepenadores aunque también hay una cierta repulsión al pensar que eso no
es lo que la sociedad marca como verdadero amor y que sólo es una felicidad, de
acuerdo con lo que normalmente establece la sociedad.
Un tercer concepto es el
mimetismo, en el que Bhabha se refiere a esa asimilación que surge en el
colonizado de lo que le muestra o enseña el colonizador, es pues una forma de
querer parecerse al otro que se muestra como lo civilizado o lo aceptado por la
sociedad. En el caso de “La vida real” lo que sucede es muy especial, porque en
un principio, cuando Soto conoce a la pareja de pepenadores, los amantes son
los que tratan de asimilar y parecerse a la sociedad de la que proviene Soto,
por lo que logran capturar su atención y ser retratados en posturas comunes
para una pareja de la sociedad con la que convive el periodista cada día (parejas
de esposos que buscan una foto de estudio para mostrar su amor de una forma
recatada ante la sociedad, para ser bien vistos y no juzgados por los otros
individuos que la conforman); por lo que, Soto comienza a retratarlos como a
una pareja común y corriente de la sección de sociales del periódico en el que
trabaja; aunque las poses van evolucionando y terminan por ser casi
pornográficas, y aunque Soto siente una atracción a través del lente de su cámara
que lo obliga a querer tomar más y más fotos; al mismo tiempo, hay algo que se
lo impide y le causa asco y repulsión, por lo que decide dejar de tomar fotos y
no hacer nada más cuando se termina el rollo de su cámara, como si eso fuera
una forma de cumplir con lo que la sociedad plantea como correcto. Sin embargo,
al final del cuento podemos ver que es Soto quien termina por ser absorbido por
completo por los pepenadores y ese erotismo casi pornográfico de su relación,
por lo que decide romper por completo con las ataduras de su sociedad y se
olvida de las presiones de su trabajo y publica el reportaje que él quiere sin
importarle lo que diga su jefe, además de la ruptura con su mujer, quien ya no
le brindaba esa pasión erótica como la de la pareja y sólo le dejaba mil y un
preocupaciones.
El último concepto de Bhabha
para este trabajo, considero que es el que podría otorgar una mayor aportación para
el análisis de este cuento; dicho concepto es el de hibridez, ya que considero
que mientras la pareja decide romper con su hermetismo y mostrarle a Soto un
poco de esa pasión erótico-amorosa; por su parte, el periodista logra
adentrarse por completo en el deseo y romper con todas sus ataduras para
apropiarse de eso “nuevo”, aunque “extraño”, que le es revelado por la pareja
de pepenadores; de esa forma, hay una hibridización entre lo que el reportero
considera como la vida real y lo que la pareja le devela como “la verdadera
vida real”, por lo que ambas partes pierden un poco de sí para dejar entrar al “otro”
en su mundo y mezclar el ideario de cada uno para resignificar y reconstruir su
mundo a partir de lo aprendido del “otro”.
Finalmente, aunque la
propuesta de Bhabha no se puede aplicar completamente a esta obra, considero
importante las aportaciones que pueden dar estos conceptos a la literatura
actual, ya que se pueden retomar desde otro enfoque las situaciones de poder y
sometimiento que se dan en una colonización y que también pueden estar
presentes en la actualidad a partir de la globalización o de algunos otros
problemas o temáticas que se despliegan hoy en día por las relaciones económicas
y de poder que se desarrollan entre los países, aun sin ser colonias de nombre
o de forma legal aunque, en cierta forma, sí en la práctica, como más o menos sucede
entre Estados Unidos y México, quienes mantienen una relación de codependencia,
atracción y sometimiento.
Referenicas:
Bhabha, Homi K. (2002). El lugar de la cultura. Argentina: Cultura Libre.
Parra, Eduardo Antonio (1999). "La vida real" en Tierra de nadie. México: Era.
Silva Echeto, Víctor Manuel (2004). "Comunicación mediática, nomadismo y desestabilización de las fronteras" en Revista Nómadas. No. 10. http://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/10/vmsilva.pdf